En este momento vivimos en un mundo mucho más ligado a la tecnología, cada vez existen más dispositivos conectados a internet y recopilando datos para poder optimizar y hacer más llevaderos algunos aspectos de la vida cotidiana. No hace poco tener un dispositivo que te facilite algún proceso de tu rutina diaria, era de película de ciencia ficción, pero, en la actualidad eso es una realidad para la gran mayoría.

Durante siglos la humanidad ha buscado la manera de poder controlar y gestionar gran parte de los procesos, los mismos que pueden estar relacionados desde un simple “prender y apagar una luz”, hasta poder controlar una industria completa en el desarrollo de un producto o servicio. Gracias al avance de la tecnología, se ha facilitado el proceso para adoptar sistemas o mecanismos inteligentes, para de alguna manera poder controlar, monitorear, gestionar y programar acciones dentro de un proceso.

En este artículo hablaremos principalmente de los sistemas que están vinculados a nuestro hogar. Desde el inicio de los sistemas inteligentes para hogares apareció el término domótica, el cual hace referencia a un hogar automatizado que dentro de sus funciones principales esta la comunicación entre los dispositivos, disminuir el consumo eléctrico, mejorar el confort y la seguridad del hogar.

En un inicio esto se lograba mediante sistemas o mecanismos centralizados que permiten controlar, monitorear, gestionar o programar algún elemento dentro de una vivienda. Normalmente implementar estos sistemas conlleva un alto costo debido a toda la infraestructura que se necesita instalar dentro del hogar, además en muchas ocasiones, por no decir casi siempre, las marcas se ocupan de crear sus protocolos, sistemas de comunicación y enlaces para poder dar funcionamiento entre sus equipos.

Esto quiere decir que si queríamos implementar varias marcas con diferentes modelos a veces esto podía resultar difícil o imposible, ya que no eran compatibles entre sus sistemas, esto se daba porque no existía una estandarización de estos, en consecuencia, las plataformas, infraestructura, equipos y demás aparatos eran desarrollados por la propia marca, y por dicha razón resultaba difícil que sea compatible con diferentes marcas y combinarlas entre ellas.

En este punto podrías preguntarte si se trata de un artículo sobre tecnología o un debate, aun así, es necesario partir desde este punto para poder entender los antecedentes que tenemos y por todo lo que hemos pasado para llegar a lo que ahora conocemos, un mundo completamente conectado y dependiente de la tecnología.

Podría preguntarte, ¿si consideras que el mantenerte conectado a la red de redes o internet es una necesidad básica ahora año 2021, lo podrías considerar como un servicio básico, el pagar por un plan de datos en tu smartphone que te permita tener conectividad o contratar un plan de internet a través de un ISP para tu hogar? Estoy seguro de que tu respuesta sería un rotundo, ¡sí!

Gracias a que nos mantenemos conectados y generando datos, han surgido nuevas tecnologías como big data, Cloud computing y finalmente IoT o el internet de las cosas. Estoy seguro de que más de un lector está familiarizado con estos conceptos, sin embargo, vamos a generar una línea de tiempo, para conocer cómo fueron apareciendo estas tecnologías para aquellos que no conocen su origen.

Desde que más dispositivos se conectaban a internet y a través de ellos nosotros los seres humanos compartíamos, publicábamos y generábamos datos, nació este término denominado big data, el cual hace referencia a un gran volumen de datos, que crece rápidamente y que está compuesto por diferentes tipos de datos.

Empezar a procesar todos estos datos comenzó a resultar costoso y difícil para algunas empresas pequeñas o medianas, ya que debían actualizar su infraestructura para poder dar respuesta a toda esta demanda de datos. Por esta razón y algunos otros factores, aparece lo que conocemos en la actualidad como Cloud, la nube o cómputo en la nube, que en resumen son servicios de cómputo en internet.

Por lo tanto, si necesitábamos más espacio para almacenar los datos y nos resultaba muy costoso adquirir los equipos y construir toda la infraestructura que es necesaria, podíamos tercerizar este factor y adquirir este espacio en la nube a través de alguna empresa multinacional con sus data center enormes y con mejores prestaciones.

Por esa razón es que muchas empresas están emigrando a esta tecnología, ya que resulta más rentable, rápido y seguro para gestionar sus sistemas y servicios de cómputo. Hasta aquí llegaremos con este tema de Cloud computing, ya que hablar sobre ello con llevaría solamente un artículo, así que lo dejaremos para una próxima ocasión.

En este punto de la historia es donde se genera la brecha entre los sistemas centralizados que teníamos y que eran muy costoso implementar debido a su infraestructura, ahora gracias a los servicios de cómputo que podemos contar en la nube, podríamos fácilmente tercerizar este factor para optimizar los recursos y por ende reducir significativamente la implementación e instalación de estos sistemas inteligentes en nuestro hogar.

Es obvio que, si contamos con tecnologías para poder procesar y almacenar la información en internet en tiempo ¨real¨, tendremos sistemas  de comunicación igual de avanzados que nos permitan la conexión a internet con una velocidad aceptable para poder realizar estas operaciones y transacciones, ya que con una tecnología como ADSL que se utilizaba para nuestros hogares o con una tecnología para telefonía móvil como AMPS que se refiere a un sistema de telefonía móvil de primera generación (1G), no  se hubiera podido lograr.

Hoy en día contamos con fibra óptica en nuestros hogares, permitiendo obtener una capacidad de canal o velocidad de trasmisión de hasta 50.000 Gbps (50 Tbps), sin embargo, comúnmente se tiene en nuestros hogares aproximadamente entre 25Mbps – 70Mbps que nos permite hacer uso de estas nuevas tecno
logías y sacarle muchas ventajas.
Con toda esta información hasta el momento podemos entrar hablar sobre IoT, ahora bien, IoT no es un término actual, el término IoT nace en 1999 de la mano de Kevin Ashton, quien, para llamar la atención del público a su conferencia, él lo titula el internet de las cosas, no obstante, antes de la existencia de dicho término, en 1990 John Romkey, logró conectar una tostadora a internet mediante un protocolo (SNMP), donde podía apagar y prender la tostadora, esto sucedió en el evento INTEROP.

Las limitantes en ese entonces era la conectividad, ya que no existía lo que ahora conocemos como Wi-Fi, además que las tecnologías móviles se encontraban aún en desarrollo. Con el surgimiento de la tecnología 4G y la conexión de más dispositivos a internet, es donde se fortalece dicha tecnología, por lo que ahora no solamente tenemos conectado nuestro celular a internet, sino que tenemos refrigeradores, cepillo de dientes, reloj, etc. Sin mencionar que la cuarta revolución industrial se basa en el internet de las cosas.

Por lo tanto, el término internet de las cosas se refiere a una tendencia tecnológica en que un gran número de objetos, cosas, puedan coexistir y tener la capacidad de recoger e intercambiar datos a través de la red. De esta forma, el objetivo del IoT es extender la conectividad con el internet a partir de dispositivos estándar, como computadoras, celulares y tables, para equipamientos que ya existían, pero que aún no tenían conectividad, como su tomacorriente, interruptor, foco, refrigerador o su automóvil.

Más allá de los objetos de nuestro uso cotidiano, el IoT prevé grandes avances en la parte de control y monitoreo, ya que pequeños sensores y actuadores pueden ahora estar conectados a la red, obteniendo e intercambiando informaciones de manera independiente, ya que tales objetos no necesariamente deben ser operados directamente por seres humanos.

Para hacer posible la comercialización, estos objetos que ahora cuentan con conectividad a la red, deben tener un bajo costo. Al estar conectados y trabajando en conjunto estos dispositivos se vuelven habitualmente inteligentes, mejorando diversos aspectos en nuestras vidas.

Definitivamente, estoy seguro de que tenemos clara la idea, pues IoT es la nueva tecnología que puede ser aplicada a la Domótica, ya que nos permite implementar estos sistemas con un bajo costo, de todos modos, vamos a realizar un análisis mediante un ejemplo, ya que como podrás imaginar para que toda esta magia funcione es necesario contar con una conexión a internet.

Analizaremos un ejemplo básico y que muchos tenemos al alcance de nuestras manos, un simple interruptor, en este punto te podrías preguntar si sería una mejor opción implementar un sistema centralizado o hacer uso de la tecnología IoT.

En el caso que implementáramos un sistema centralizado, es necesario tener un dispositivo central que nos permita controlar el apagado y encendido del foco mediante el interruptor, además que sería inevitable cablear el dispositivo final hasta el dispositivo central o realizar una conexión inalámbrica mediante el diseño adecuado de una arquitectura y estructura de red idónea para dar cobertura a los dispositivos, por otra parte, el control no dependería de internet, y solo sería necesario tener una conexión a internet de nuestro dispositivo central, en el caso que sea necesario controlarlo remotamente, es decir,  fuera de nuestra red.

Es clara que la desventaja de implementar este sistema es el costo que conllevaría, además que estoy seguro de que no fuera una buena idea colocar toda una infraestructura para un simple interruptor, podríamos pensar en implementar esta idea en un evento, en el cual estamos descansando y existe una pérdida de gas, por lo que hay monóxido de carbono en el ambiente, inmediatamente un detector de monóxido de carbono lo detectaría y enviaría una señal a la central.

La central evaluaría la cantidad que existe en el ambiente y mandaría a cortar el gas mediante una electroválvula del suministro de gas, otro ejemplo en el cual se podría aprovechar de una mejor manera, es en coordinar el riego por aspersión y vincularlo con el estado meteorológico de tu ciudad, de esta manera,  si el sistema meteorológico nos dice que va a llover en los próximos tres días, el riego directamente no actúa por esos tres días y luego a medida que va subiendo la temperatura o el estado meteorológico cambia, el riego continuaría nuevamente, además que se podría colocar avisos para enviarte por correo o alguna plataforma de mensajería de texto electrónico.

Ahora bien, en el otro lado de la moneda, utilizando tecnología IoT, podríamos adquirir solamente el interruptor, el cual ya cuanta con conectividad a internet mediante su tarjeta electrónica, solamente sería necesario cambiar el interruptor y suscribir el dispositivo a una plataforma IoT, la cual nos permitirá controlar el dispositivo, por supuesto es imprescindible la conectividad a internet para que funcione.

Sin embargo, ya que al ser tan sencillos de gestionar y programar podría darnos la impresión de que carece de un sistema adecuado para gestionar y controlar la seguridad, entonces podríamos comenzar a preguntarnos, ¿qué tan seguro pueden ser estos sistemas Smart plug (plug and play), que tan vulnerables pueden ser frente a un ataque cibernético?

En el siguiente link se encuentra una referencia en  la cual realizan algunas pruebas de vulnerabilidad a estos dispositivos IoT, específicamente a los que están vinculados con la plataforma Tuya Smart, que en la actualidad se han vuelto muy llamativos por su aplicación, de ese documento podemos apreciar una tabla que muestra los diferentes ataques que fueron hechos a los dispositivos y que tan efectivo fue el ataque, es decir, cuál fue el grado o porcentaje de control que se tuvo sobre el dispositivo.

Cabe recalcar que todo lo que está conectado a internet, es hackeable, no importa lo seguro que sea, no importa si lo desarrolló la CIA, no importa si lo desarrolló el experto más grande del mundo, no importa si lo desarrolló el señor Mark Zuckerberg, no importa si desarrollan los expertos que contrato el señor Bezos para competir con Elon Musk.

Por lo tanto, todo lo que esté conectado a internet o a la red es hackeable y esto porque fue desarrollado por el ser humano y el ser humano de por sí introduce vulnerabilidades o errores en el código de los programas que desarrollan, no porque seamos malos, ni porque seamos inexpertos ni nos falte capacidad, simplemente es algo que ocurre y es algo con lo que tenemos que vivir el resto de nuestras vidas.

A este punto podríamos pensar que esto solo puede ocurrir en empresas grandes que tiene sistemas complejos, pero sin embargo nuestro celular o computadora y ahora nuestros dispositivos IoT, también pueden ser un foco de ataque, no importa si sea Android o iOS, pero y si mi computadora tiene Linux igual es vulnerable, pero tengo Mac no importa igual lo van a atacar, por esa razón es necesario poner un buen antivirus y tener instaladas las actualizaciones o parches que liberan las marcas para nuestros dispositivos.

Por otro lado, todos estos antecedentes nos llevan a dos puntos, el primero, como estamos gestionando y gobernando la tecnología de la información, ya que al implementar estos sistemas debemos tener muy claro las buenas prácticas que se deben manejar para evitar problemas o fallos en nuestros sistemas.

Segundo, como están siendo administrados y configurados estos dispositivos, existe algún experto que se encuentre asesorando y vigilando como se configuran y administran estos dispositivos, por más plug and play que sean los dispositivos o fáciles que se vean de implementar, debemos recordar que dichos dispositivos están conectados a internet y necesitan ser administrados por un experto en la materia, para evitar problemas y que los dispositivos funcionen correctamente.

Por ello, es importante generar una cultura y concientizar a las personas sobre el manejo y gestión de su información compartida en sus dispositivos que se encuentran conectados a internet, por ende, dicha información es visible de manera difícil o sencilla para el resto del mundo.

Para ir cerrando con este pequeño artículo, es importante analizar la aplicación y la situación en la cual van a funcionar estos sistemas, ver hasta que grado de control y automatización queremos llevar nuestros hogares, por supuesto si tenemos los recursos y el tiempo, no dudaría en contratar un sistema centralizado para poder convertir mi hogar al 100%, para tener un control dentro de mi propia red y eventualmente conectar a internet para el control remoto desde la central y no tener las limitantes como muchas veces tiene las plataformas IoT, ya que todas estas tecnologías o sistemas conllevan un desarrollo por detrás y lo que generalmente hacemos es consumir esos skillis que lanzan los dueños o desarrolladores de las plataformas.

Por otra parte, si cuentas con habilidades para el desarrollo de código y conoces la administración y configuración correcta de los dispositivos podrías optar por un sistema con tecnología IoT, cuidando por supuesto que siempre tengas conectividad a internet para poder controlarlos y  gestionarlos, ya que como ahora sabes estos dispositivos se encuentran suscritos en alguna plataforma de la nube, recuerda que el momento que te conectas a internet o conectas cualquier cosa a internet se vuelve vulnerable.

Referencias

Rubén Sosa Castillo

Estudiante de Ingeniería en Telecomunicaciones, operador en sistemas de refuerzo sonoro, apasionado por la tecnología y todos sus campos de aplicación