Los distintos sucesos que han traído los primeros meses del 2020 han alarmado a la humanidad; eventos como el asesinato del líder iraní Qassem Soleimani que casi provoca una nueva guerra mundial, la devastadora ola de calor que dió a lugar varios incendios espeluznantes en Australia, como también la pandémica transmisión del COVID-19, una nueva cepa de coronavirus que se descubrió en diciembre de 2019 en la ciudad de Wuhan en China y que en este primer trimestre del 2020 se ha propagado por todo el mundo.

Los coronavirus son una familia de virus que causan enfermedades que en su gran mayoría son infecciones respiratorias. El nuevo brote se originó en la ciudad de Wuhan en China en el 2019, y causa la enfermedad conocida como COVID-19, la cual tiene como síntomas fiebre, cansancio y tos seca, aunque algunos pacientes han presentado dolores, congestión nasal, rinorrea, dolor de garganta o diarrea.

El método de contagio para que una persona contraiga la COVID-19 es por medio del contacto con otra que esté infectada por el virus. La enfermedad se propaga de persona a persona a través de las gotículas procedentes de la nariz o la boca que salen despedidas cuando una persona infectada tose o exhala; estas gotículas también pueden caer sobre objetos y superficies, de modo que si alguien toca estos objetos o superficies y luego se toca los ojos, la nariz o la boca pueden contagiarse sin necesidad de estar cerca de algún portador del virus.

Debido a estos métodos de contagio, la Organización Mundial de la Salud (OMS) para evitar la propagación recomienda lo siguiente:

  • Lavarse las manos frecuentemente y utilizar desinfectante de manos a base de alcohol o con agua y jabón para matar el virus si este está en sus manos.
  • Adoptar medidas de higiene respiratoria, es decir, que al toser o estornudar, se debe cubrir la boca y la nariz con el codo flexionado o con un pañuelo, para evitar la propagación de gérmenes y del virus, además que, si al estornudar se cubre con las manos se puede contaminar los objetos o las personas a los que toque.
    Hay que recordar tirar el pañuelo inmediatamente y lavarse las manos con un desinfectante de manos a base de alcohol, o con agua y jabón.
  • Mantener el distanciamiento social; en estos días a nivel mundial se ha lanzado la campaña “#QuédateEnCasa” en español, “#StayAthome” en inglés, y “#RestezChezVous” en francés, la cual advierte a la población de permanecer en casa para evitar el contacto con posibles portadores del virus. Si no es posible quedarse en casa, la OMS recomienda mantener al menos 1 metro de distancia entre usted y las demás personas, particularmente aquellas que tosan, estornuden y tengan fiebre, utilizar mascarilla y guantes de latex. Se debe desechar estos elementos en su respectivo punto ecológico.

Como es lógico, el esfuerzo titánico que ha tenido que librar el personal sanitario, médico, policial, entre otros, ha logrado muchos resultados para atenuar la expansión del virus, pero también vale recalcar la relevancia de los esfuerzos que han proporcionado grandes transnacionales, miles de ingenieros, emprendedores, empresarios, desarrolladores y gobiernos locales, poniendo su granito de arena en la implementación de sistemas tecnológicos para evitar la propagación del virus

China, siendo el país donde se desató esta pandemia y el primero en poderla controlar, ha demostrado al mundo que la tecnología fue muy necesaria para lograr detener el coronavirus.

Partiendo desde el hecho que la gran mayoría de ciudadanos en China tiene un smartphone, una aplicación móvil fue utilizada durante la cuarentena con el objetivo de identificar y rastrear a los usuarios, su nombre traducido al español es “detector de contacto cercano”. En ella, los ciudadanos tienen que registrar sus datos personales, explicar si tienen algún síntoma o si han estado en algún lugar propenso a ser infectado por el virus en los últimos 14 días. Con estos datos, el app genera un código QR y los clasifica según el nivel de riesgo en rojo, amarillo o verde. Al tener esta información, la app también registra la ubicación del usuario, y de esta manera monitorea e informa a las autoridades, si algún infectado se mueve con libertinaje por la ciudad.

Como se puede apreciar, esta app no respeta la privacidad de los usuarios, sin embargo, Corea del Sur ha lanzado varias alternativas que funcionan de manera parecida, las cuales pueden ser utilizadas en su país como también en Europa porque respetan los mismos índices de privacidad, a pesar de ser culturas diferentes, como es el caso de “Corona 100m”, “Corona Alert” o “Corona Map”.

Esta data generada por este tipo de aplicaciones ha sido utilizado para sistemas con inteligencia artificial (IA), incluso la data originada en los hospitales chinos ha servido para detectar casos de coronavirus mediante tomografías escaneadas a través de un ordenador, en la cual se busca identificar las diferencias entre pacientes con coronavirus y con una neumonía ordinaria, alcanzando una exactitud del 96 %.

Asimismo, en estaciones de metro, tren, aeropuertos y centros de servicios sociales de toda China se han desplegado sistemas automatizados con IA para monitorizar la temperatura de los transeúntes, los cuales son capaces de examinar hasta 300 personas por minuto como “Megvii” o como “SenseTime”, el mismo que es capaz de identificar, además de la temperatura, a los usuarios que no llevan mascarilla puesta.

Pero sobretodo, el gobierno Chino ha logrado disminuir la posibilidad de que el virus se siga propagando mediante la evasión del contacto físico entre individuos. Para esto se introdujo el uso de robots y drones para realizar tareas del día a día, como es el ejemplo de la firma Keenon Robotics Co que ha provisionado robots en varios hospitales de China por poder entregar alimentos, medicinas y otros productos en los pabellones de aislamiento mientras un operario les da instrucciones desde la distancia.

Empresas norteamericanas también se han sumado a la causa como es el caso de IBM, que proporcionó la supercomputadora “IBM Summit”, considerada la más poderosa del mundo, para que sea utilizada por investigadores con el objetivo de identificar compuestos químicos que podrían contribuir a la lucha contra el coronavirus, estos resultados fueron liberados en el sitio científico ChemRxiv para que otros investigadores e instituciones puedan aprovecharlos. También la empresa Nvidia Corporation, ha liberado la licencia de su herramienta “Parabricks” a cualquier investigador que trabaje en el combate al coronavirus, para que centros de investigación se enfoquen en secuenciar el coronavirus y el genoma de las personas afectadas para entender el modo como se propaga.

Estos aportes ayudan a reducir el tiempo de procesamiento computacional para cualquier solución que se esté investigando en la actualidad.

Por último, varias iniciativas “open source” se han dado en varias partes del mundo tales como “Makers de Madrid contra el coronavirus”, quienes han levantado una plataforma web con material de impresión 3D para que sea descargado gratuitamente en cualquier parte del mundo para la fabricación de máscaras de protección para los médicos. También la iniciativa “Open Source Ventilator”, que inició como resultado de una discusión comunitaria dentro de un grupo de Facebook llamado Suministros Médicos COVID-19 de Código Abierto (OSCMS). Este grupo se definió como “un lugar para ingenieros, diseñadores, profesionales médicos y comunidades para generar y validar ideas para diseños de fuente abierta de ventiladores que pueden ser producidos a escala y puestos a disposición del personal clínico para salvar vidas y ayudar a la recuperación de pacientes con COVID19 “.

Ésta es sólo una muestra de cómo el mundo se ha organizado tecnológicamente para combatir el coronavirus. Estos ejemplos, deberían ser replicados por el resto de países para frenar la pandemia y ser un recordatorio para la humanidad de que la tecnología debería ser utilizada y pensada para estos momentos de crisis.

Ing. Pedro Pineda

Ingeniero Electrónico con mención en Telecomunicaciones, Miembro IEEE, conferencista, creativo, innovador, emprendedor y entusiasta de las ciudades inteligentes.