El miedo y la desinformación en contra del 5G
Existe una corriente grande que se mueve a nivel mundial con la idea de que el 5G es dañino para nuestra salud, asegurando que la nueva tecnología de telefonía celular es incluso la causante de males como el cáncer, autismo, Alzheimer y diversos problemas de salud mental. El ascenso de estas ideas ha sido causante de destrozos de radio bases y sabotajes a instalaciones. Pero, ¿El 5G es de verdad un peligro para nuestra salud?
El rechazo al uso de tecnologías inalámbricas debido a su supuesta nocividad contra la salud del ser humano no es un tema nuevo. Las tecnologías como WiFi y 4G han luchado contra movimientos que promueven su prohibición en los años pasados. Pero existen varias causas principales que han influenciado a, que este momento, el movimiento anti 5G sea de verdad una preocupación a escala global.
5G usa un espectro alto de frecuencias
La tecnología actual de 4G y 4.5G se encuentra alojada en la banda de frecuencia entre 600 y 700MHz. Para poder alcanzar altas velocidades de navegación, el 5G pretende usar frecuencias en el orden de los Gigahertz (2GHz – 24GHz), esto es la base para que los activistas generen miedo en relación a lo nocividad de las frecuencias altas en nuestro cuerpo. Lo que no se habla es de la pobre capacidad de penetración que tiene una onda del 5G a causa de su frecuencia y de su baja potencia de radiación.
Con respecto a esto, la Organización Mundial de la Salud solo considera nocivas el tipo de radiación que se encuentra por sobre el espectro de luz visible, esto es, la exposición a largo plazo de rayos x y rayos gamma. Las microondas del 5G están por debajo del espectro de luz visible, así, poniendo en contexto, la relación en frecuencia entre los rayos gama y la radiación microondas del 5G es de 10 mil millones. Es por esto que 5G por su frecuencia, no es un riesgo para la salud humana. En adición, la posición oficial de la misma Organización Mundial de la Salud es la siguiente: “Teniendo en cuenta los muy bajos niveles de exposición y los resultados de investigaciones reunidos hasta el momento, no hay ninguna prueba científica convincente de que las débiles señales de RF procedentes de las estaciones de base y de las redes inalámbricas tengan efectos adversos en la salud.”
La gran cantidad de celdas instaladas.
Los activistas anti 5G se valen de la idea de que, al tener celdas instaladas en mayor cantidad y más visibles, el nivel de radiación que recibimos aumenta exponencialmente y por ende nos veríamos más afectados. Pero el número de celdas instaladas para la red 5G tiene que ver con dos motivos, el primero es el ya expuesto sobre la baja potencia y poder de penetración de la radiación, es decir, la cobertura de las celdas es menor que la de las tecnologías celulares predecesoras. El segundo motivo para que existan más celdas instaladas es la Capacidad de la red.
El concepto de Capacidad de la Red Celular se refiere al número de usuarios simultáneos que pueden acceder a la misma y es directamente proporcional a la cantidad de celdas instaladas en un área determinada, es decir, mas celdas instaladas significa que la cobertura y disponibilidad pueden llegar a una cantidad mayor de clientes y, por ende, se presta mejor servicio.
La desinformación y el miedo generalizado
Los seguidores más fieles del movimiento en contra del 5G son aquellos que claman tener una condición médica llamada Hipersensibilidad Electromagnética (EHS). Los afectados informan que experimentan ciertos síntomas al exponerse a las ondas electromagnéticas, como los emitidos por los teléfonos celulares, y estos toman la forma de reacciones físicas como ataques de pánico o ansiedad, dolor de cabeza y desmayos. Pero estudios realizados han encontrado una relación entre estos pacientes con un comportamiento llamado el Efecto Nocebo. Para las personas que presentan este comportamiento, la mera anticipación de una posible lesión en realidad puede desencadenar dolor o trastornos. Es decir, el creer con convicción que la radiación del 5G va a hacerme daño, puede generar una reacción sintomática en mi cuerpo, a pesar de que dicha radiación no es el origen de esta respuesta de mi cuerpo. Esto es lo opuesto a los efectos analgésicos que sabemos que pueden estar asociados con la exposición a placebos.
El movimiento anti 5G promulga la idea de que cada vez, más y más personas tienen esta enfermedad a causa de las instalaciones de celdas celulares. Así se han ido añadiendo seguidores que temen contraer EHS. Pero dicha condición no es reconocida por ningún organismo internacional de salud. Según la OMS, “EHS se caracteriza por una variedad de síntomas no específicos que difieren de un individuo a otro. EHS no tiene criterios de diagnóstico claros y no hay una base científica para vincular los síntomas de EHS con la exposición a radiación electromagnética. Además, EHS no es un diagnóstico médico, ni está claro que representa un solo problema médico.”
En adición, la globalización y el internet permite un rápido flujo de desinformación, es así como una idea, por mas absurda que pueda llegar a ser, se puede convertir en una verdad para aquellas personas que no buscan una fuente confiable. Estas ideas, creadas por personas narcisistas y con ilusión de superioridad, pueden llegar a ser verdaderamente peligrosas y valerse del miedo de la gente. En abril y mayo de 2020, por las redes sociales corría el rumor de que el 5G es el causante de la pandemia de Covid-19, lo que en varios países causó una respuesta violenta de las personas que, por miedo y desinformación, atacaron a radio bases instaladas, causando incendios y poniendo en peligro la vida de varias personas.
La ingeniería siempre debe servir a la humanidad con el desarrollo de nuevas tecnologías. El 5G es verdaderamente una implementación a servicio de todos, que nos permite estar cada vez mejor conectados a escala mundial. En un mundo en el que el internet está lleno de ideas nocivas, realizo una invitación a ser más pragmáticos y escépticos, en el sentido de que nosotros mismos debemos realizar una investigación en fuentes confiables y tener convicción de que la ciencia y tecnología están de nuestro lado.