ÉTICA EN LA VIDA ESTUDIANTIL UNIVERSITARIA Y SU IMPACTO EN LA VIDA PROFESIONAL

Hoy en día, es importante hablar sobre la universidad, no por el ámbito académico, sino por el personal humano que conforma una universidad. Como primera visión, se debe cuestionar si las universidades de hoy, están formando a sus estudiantes de manera integral o tienen un sesgo que va dirigido hacia las necesidades empresariales o económicas que se dan en la sociedad. No obstante, responder aquella interrogante requiere pensar en términos de contexto; dicho de otra manera, en formulaciones teóricas y basadas en principios. En el caso concreto de la universidad, se debe referir a otra interrogante, ¿Qué espera la sociedad de la universidad?, o, ¿Qué presiones le pone la sociedad a la tarea de la universidad? Una primera respuesta sería, una universidad actual, no está formando de manera integral como intención primaria, aún, cuando la carta constitutiva o su declaración de misión y visión así lo refleje. Esto se debe a que, la universidad se encuentra en un estado de tensión fortísimo entre esa aspiración y esa exigencia que le pone la sociedad. Por consiguiente, todas las acciones que realiza la universidad en la preparación académica a los futuros profesionales, se encuentra más en la visión de la productividad y del crecimiento económico, que del desarrollo humano como tal.

Todo proceso de preparación educacional que se da en la universidad, es un proceso que se da en el marco de un contrato social. En otras palabras, cuando una universidad se responsabiliza de entregar a un profesional, le dice a la sociedad que le entrega un profesional capaz y competente, por lo contrario, sería un fraude.

Pero, por otra parte, existe algo contradictorio en las reuniones de los profesionales quienes dirigen el mercado y, cada vez cobra más fuerza el reclamo que, los nuevos profesionales no son personas honestas, personas con capacidad de pensamiento crítico o la adecuada actitud para desempeñar las tareas asignadas en el lugar de trabajo. Educar para la adquisición de competencias refleja un estado que apunta a capacitar a alguien y no a formar a alguien. Pero, por otra parte, se debe tener claro lo que se entiende por competencias; dicho de otra manera, el saber hacer, no es a lo único que debe responder la universidad, sino también a esa visión universal donde entra el valorarse como personas y entender que sus acciones van a incidir en la sociedad, ya bien positivamente o negativamente. En otros términos, es importante el saber ser, para poder hacer.

En la actualidad, se comenta sobre un mundo que está en cambio y de una realidad social que nos muestra al joven profesional desde distintas perspectivas y realidades, debido a la tecnología que avanza día a día de manera imparable. Uno de los cambios más notables que se aprecia, es el caso concreto de las ofertas académicas que se comienzan a producir en las universidades. Dicho de otro modo, en estos días, una persona puede tomar cursos formativos debidamente acreditados en cualquier institución del mundo, en la comodidad del hogar.

Lo que da lugar a que los universitarios se cuestionen, si la función primordial que tiene a cargo la universidad, hoy, puede realizarse desde fuera. Por consiguiente, ¿Asistir a una universidad, es realmente indispensable?, ¿Cuál será la misión que finalmente le competerá a la universidad? Y, la respuesta obvia sería. El acompañamiento crítico y la atención en la formación verdaderamente integral de la persona, porque la información y la capacitación se la puede obtener sin la necesidad de asistir a la universidad, pero la universidad es quien va a desarrollar la capacidad de trabajar en equipo, aceptar la diferencia de opiniones de otras personas y, sobre todo, desarrollar el sentimiento de responsabilidad de un ser humano desde la perspectiva deontológica, ya que toda persona necesita la calidez de otro individuo para ir creciendo como tal. Por lo tanto, la universidad es para eso, esa es su verdadera misión.

Editor Magazieee

Hernán Saragozín Armas

Hernán Saragozín, miembro IEEE desde enero del 2017. Riobamba, capital de la provincia de Chimborazo, 6 de marzo de 1993. En el 2010 obtención del título de Bachiller Técnico Industrial Eléctrico en el Instituto Tecnológico Superior Carlos Cisneros. En el 2014 obtención del título de Tecnólogo Electromecánico en el Instituto Tecnológico Superior Carlos Cisneros. En el 2020 obtención del certificado de egresado de Ingeniero Eléctrico en la Universidad Politécnica Salesiana.