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Publicado el 12 de septiembre de 2020
Historias curiosas con robots
Gerardo Acosta: La aventura detrás los robots submarinos
Poco se sabe de quienes trabajan con robots que operan bajo el agua. El doctor Gerardo Acosta nos da algunas ideas de partida y nos cuenta una de sus anécdotas con estos amigos automáticos.
Algo extraño si se piensa que reside en la No hace falta tener superpoderes para hacer cosas curiosas y llamativas. Algunos héroes visten como nosotros, pero dedican su tiempo a actividades simplemente alucinantes. Entre ellos está el doctor y especialista en Ingeniería oceánica Gerardo Acosta, o como le dicen los amigos “Gerry”. Hasta acá todo normal, pero resulta que vive en la ciudad de Olavarría, en plena provincia de Buenos Aires y a más de 200 km de cualquier costa.
Como especialista en robots submarinos de la Universidad del Centro de la Provincia, ha trabajado con robots terrestres pero también con otros capaces de desplazarse de manera autónoma bajo el agua.
¿Cuál es el desafío más importante para un robot de estos?
“Cuando salimos del ambiente estructurado al mundo real imprevisible, hace falta dotar al robot de cierta inteligencia más bioinspirada”, asegura El director del Grupo Intelymec. “Ahí trabajamos nosotros, tanto dentro como fuera del agua”.
¿Cómo se logra que un robot submarino se mueva sin ayuda del hombre?
“Tratando de copiar a los mamíferos con el aprendizaje reforzado”, responde. Pero parece que este tipo de aprendizaje también ha evolucionado y aclara que “ahora más recientemente, con el aprendizaje profundo”.
¿Lograron poner todo eso en una máquina?
“Llegamos a algunas pruebas de cerrar lazos de control de posición y velocidad así, con robots terrestres y acuáticos ya hemos hecho y publicado”. Parece que nuestro equipo argentino no se ha quedado atrás respecto al resto del mundo. Pero ésto no es fácil de sostener ya que, considerando que vive en el centro de la provincia de Buenos Aires, le obliga a viajar para poder trabajar en campo.
¿Qué opinás de los robots flexibles que están surgiendo ahora?
“Lo de la flexibilidad y la inteligencia en el cuerpo, me encantó.”, dice, pero su honestidad le apresura a aclarar: “Nosotros no lo hacemos ni para el agua, ni para el aire, ni para la tierra”. Es muy posible que nadie en el país esté trabajando en eso.
En su extensa vida junto con los robots, tuvo la oportunidad de vivir historias especiales con un desobediente AUVi inglés, el AUVi español que tuvo que ser rescatado a nado, y con Carpincho… que decidió hacer lo que le pedían pero al revés. Ver la historia de AUVi (español):
Pero en todos los casos, Gerry y su equipo logró hacer que las cosas salieran bien, y por sobre todo, comprender que esos extraños comportamientos no eran casuales sino pequeños errores e interferencias que fueron sabiamente subsanados
¿Quién dijo que errar es sólo humano?
