Opinión: Tecnología que se viene

Los ULS y la ingeniería de hoy

Es sabido que estamos viviendo una nueva revolución industrial y que estamos cambiando como sociedad mundial, pero la movida implica mucho más de lo que parece. Todo indica que marchamos hacia un hombre-máquina totalmente integrado a una red socio-tecnológica que crece a una velocidad dramática.

Tal vez algunos crean que la industria actual solo afecta a la industria, pero lo que dijeron los especialistas de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires (ANCBA), cuando fueron consultados al respecto muestra una realidad bastante diferente. El doctor Orlando Micolini y varios colegas, como el ingeniero Carlos Bartó y la doctora Leticia Ceijas, compartieron un panel bastante inquietante sobre los Ultra Large Systems (ULS), esos nuevos sistemas que agrupan ecosistemas completos de servicios y tecnologías preexistentes. A diferencia de otras instancias históricas, los ULS incluyen en su red al propio hombre como un elemento más, unen sociedades, equipos, naturaleza, sistemas de IA… lo unen todo. El planteo fue simple: ¿estamos preparados para la revolución técnica e industrial de estos días, la llamada industria 4.0? La realidad que presentaron los especialistas indica que, si bien hay varios indicios de que nuestra infraestructura tecnológica ya camina en ese sentido, la sociedad no está advertida de todas sus implicaciones, y los sistemas educativos, menos.

Un punto interesante en el debate fue que un sistema de enseñanza más cercano al de hace 200 años, con fuerte necesidad de presencialidad y baja tecnología, con una mirada hacia lo inmediato y lo pasado difícilmente sea capaz de generar ingenieros adecuados a esta realidad que se viene. Los puntos de solución son varios, pero las trabas mayores están en la manera en que el profesional y académico actuales conciben al inminente mundo socio-tecnológico. A estas trabas las denominan “obstáculos cognitivos”. Entre otros, dichos obstáculos pasan por pensar que la realidad tecnológica es controlable, que los sistemas pueden ser complejos pero conocibles en su totalidad, que puede llegarse a conocer las mejoras necesarias en un sistema, y que los sistemas crecen de manera coherente y no contradictorio. Todas estas formas de pensar los problemas influyen en la manera en que los ingenieros y los científicos encaran sus profesiones.

Uno se pregunta entonces: ¿las ingenierías ya no sirven?

Sería sencillo decir que no, pero la respuesta, a decir de los especialistas que hemos escuchado en la ANCBA es un rotundo “ni”. Por un lado algunos aspectos puntuales y temporales podrán tratarse con las técnicas actuales, pero deberán emerger toda una colección nueva de estrategias y modalidades de encarar los problemas que nacerán de uniones hasta hoy nunca vistas entre todos los aspectos de nuestro entorno y nosotros. Los foros están abiertos a nivel nacional e internacional, y es tarea de todos pensarnos en una realidad que está siendo ingerida de a poco por la tecnología. Para ver esto solo basta con entrar a un medio de transporte y ver cuantas personas están sumergidas en su dispositivo. En los colegios secundarios los recreos presentan el mismo panorama. De hecho es difícil conocer a alguien sin celular, que no esté enhebrado en al menos una red social que le demande minutos de su vida cada tanto. Los jóvenes se enganchan en los videojuegos, los adultos en las ludificaciones de sus actividades, el cine, la tele, los videos del internet, y los dispositivos.

Nos autodefinimos como seres pensantes, y ahora también somos parte de la tecnología a la que dimos a luz.

Daniela López De Luise

Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires

Académica coordinadora CETI