Juegos de rol y sociedad

Jugar como escape y reencuentro con uno mismo

¿Quién no ha jugado alguna vez? Como dijera el inigualable Jorge L. Borges en su obra Instantes escrita en el ocaso de su vida: «jugaría con más niños, si tuviera otra vez la vida por delante». La rutina, los problemas, las responsabilidades nos han hecho perder una parte importante de nuestra esencia, aquella que nos reconoce como niños que exploran el mundo hasta el último día de nuestra existencia. Los juegos de rol nos permiten escapar del mundo digital y volver a nuestro niño interior de manera apasionante y liberadora.

Micaela Sayal comenta un emocionante y abrumador escape de una tenebrosa isla dominada por un malvado culto. Emocionada recuerda que ella y su grupo tuvieron que sortear una feroz tormenta surcando un tsunami en un pequeño barco. La emoción es real y la ocasión inolvidable: un juego de rol animado por su grupo, West Dragons.

Micaela con los Dragons
Figura 1: Micaela con los Dragons

El grupo es joven pero promete mucho, especialmente porque no viene solo sino acompañado de empresas de experiencia en gamificación. «West Dragons surge de la necesidad de representación por parte del grupo Ludicamania en términos creativos» explica Mica, la fundadora del extraordinario grupo. Parece que la idea era crear una sociedad en la que la gente que no fuera del ámbito pudiera comprender y vivir contenidos lúdicos por medio de juegos de rol, privilegiando la precisión y la calidad de la experiencia.

Los dados son variados y se juntan a otros elementos de acción
Figura 2: Los dados son variados y se juntan a otros elementos de acción

Gratamente parece que los participantes no tienen una edad o perfil fijos. Como declara la fundadora, son gente común, «gente con un gran interés por la Fantasía, por lo teatral, por lo expresivo». Entre otras cosas han logrado que personas sin experiencia previa en este tipo de actividades puedan expresarse y dar rienda suelta a su imaginación. Es frecuente que muchos identifican estos encuentros como un espacio seguro que los recibe abiertamente. Si bien es posible trabajar con grupos especiales, particularmente West Dragons abre sus puertas a toda persona que quiera experimentar una aventura a la luz de su imaginación, sin importar edad, género, sexualidad, ni religión. «Lo único que pedimos es una buena actitud y compañerismo» comenta Sayal.

En plena acción no hay concesiones
Figura 3: En plena acción no hay concesiones

Un dato no menor es que el grupo de Dragons se han esmerado en llevar el rol para la zona oeste de CABA, y desean hacer posible que la gente acceda al juego un poco más cerca de su casa. «No todas las personas pueden movilizarse a eventos o mesas en la Capital Federal», explica Mica, y aclara: «Queremos que nosotros seamos la prueba viviente de que solo es necesaria la voluntad de nuestros corazones y mucha imaginación para volver los sueños realidad». Particularmente sucede que la propia Micaela es actualmente una de las pocas mujeres en el ambiente en tratar de generar un espacio seguro para que todas puedan jugar y divertirse sin prejuicios, sin abusos, sintiéndonos libres de empezar una aventura cómodamente. Ella se apresura a aclarar que el mensaje implica «que las chicas también jugamos y también merecemos un lugar en la mesa».

La propuesta nos indica que vivir plenamente no depende de nada ni de nadie salvo de nosotros mismos. Mica nos cuenta otra de sus aventuras apasionantes: «[…] Aquella vez en la que derrotamos un dragón en pleno vuelo, solo que… no calculamos que iba a caer justo encima de nosotros, creo que no sería sorpresa el decir que casi morimos aplastados».

También hay batallas en dimensiones alternativas, viajes en el tiempo, locura, caos, amor, muerte, todo es posible en los juegos de fantasía.

Daniela López De Luise

Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires

Académica coordinadora CETI